martes, 24 de julio de 2012

Notas por debajo del umbral de la conciencia.

Ahora y aquí, paro y miro hacía atrás.
Sé que mañana seguirás tu destino ya formado y yo seguiré formando el mio, pero intentar no cuesta nada.
También sé que en ese momento me hubiera gustado tener respuesta para todos los momentos, pero creo que todo va a su tiempo, y ahora sé que mis momentos también eran dudas en los tuyos.
En ese momento que "darse por vencido" era perder, pero yo ya estaba perdiendo con solo ver lo nuestro como algo imposible,
En ese momento que me gustaría que estuvieses conmigo, pero me decía que vuelva a la realidad. No me había dado cuenta que, que tu estuvieses conmigo era una realidad.
Y ese día que desperté con un mensaje tuyo, supe que todo cambiaría.
Y ahora y aquí, miro hacia el futuro.
Se que mañana será mas difícil que hoy y que el camino se pone complicado. Pero los dos podremos pasarlo juntos.
Se que mucha gente no aceptará esto, pero el resto no importa.
Se que costará llevar esa relación a alguna parte, pero vale la pena arriesgarse.
Así que, ¿lo intentamos?



Solo pido, que ojalá tu camino llegue lejos  junto al mío.

sábado, 14 de julio de 2012

III. Ella es parte de mis sueños "Twin eyes"


—Siguiente. —gritó un señor sentado en una mesa a unos metros de la piscina.
—El joven Walkovic. —gritó una señora que se sentaba al lado de éste.

La prueba era sencilla. Primo nadaba de un extremo a otro en Crol y me tomaban el tiempo y después en mariposa.
Sonó el silbato y me lancé al agua. Hice los Crol y de vuelta las mariposas.
Al tocar el borde del extremo de partida sentí el “Clic” del cronometró sujeto por el profesor parado delante de mi. El profesor me tendió la mano para poder subir y cuando estuve arriba sonrió.
—Bienvenido al equipo joven Walkovic.
—Gracias. —salí del gimnasio cuando la señora grito “siguiente”

—Así que tiempo record —me dije cuando iba saliendo del camerino. Pude leer el pensamiento del profesor cuando me sacó de la piscina. “Cinco segundos menos que mi mejor chico. ¿Quién es este joven? ¿Cómo nunca competí contra él?” eran algunas de las cosas que pensaba el profesor en ese momento”

Al llegar a mi casa me percaté que mi padre había llegado. Bueno además Marian apenas llegué me aviso que mi padre me esperaba para cenar. Fui a dejar mis cosas a la habitación y bajé. Y ahí estaba mi padre sentado en la mesa.
Con mi Padre siempre me he llevado bien, además que es la única autoridad que tengo, me ayuda en varias cosas.
—Hola padre —dije dándole un fuerte abrazo. Me senté en la mesa y pude ver que había de cena. Había Cappelletti a la Emiliana, preferido de mi padre, y  de postre, mí preferido, Creme Brulee con salsa de berries. — ¿Cómo ha estado el viaje?
—Excelente, pero todavía no se deciden que hacer con el tema de la investigación.
— ¿De los Lucifer?
—Si, ya se separaron completamente los demás científicos.
— ¿Por qué?
—No tengo idea. Están siguiendo a los pasos de los científicos que mataron a todas esas jóvenes buscando al otro Lucifer, tratan de controlar la piedra, para que, no tengo idea. Lo que me da mas rabia es que las autoridades están con ellos. Y cada vez son más los que se van a ese lado.
— ¿Lo investigarás?
—Yo no. Ya hay dos detectives tratando de descubrirlo. No se pueden contratar más ya que tendríamos que darles información clasificada para sus investigaciones.
— ¿Y como esta ese niño que nació con dos poderes comunes?
—Murió.
— ¡Que! ¿Por qué, como?
—Porque nació con invisibilidad y fuerza mental. Y recuerda que de esos dos poderes la energía se obtiene solo por tu cuerpo y murió por falta de energía. Hubiera vivido si hubiera tenido algún poder común de donde se adquiere la energía.
— ¿Y no le suministraban energía?
—Sí, todos los días. Y le dijeron que no podía usar sus poderes pero chocaron cuando iban en auto y él quiso salvar a su madre y le hiso un campo de fuerza. Y murió por falta de energía.
—Que trágico.
—Si y hablando de energía comete todo.
—Estoy guardando para el postre —le respondí levantando la vista y mirándolo a los ojos. Me percate que él me mantuvo la vista. Yo se la corrí de golpe—.  ¡Me carga que me leas la mente! —le dije casi gritando. De hecho esa eran una de las cosas que no me gustaba de tener un padre que te pudiera leer la mente, pero tampoco tenia nada que esconder, era solo el hecho de que no sabia como y cuando contarle las cosas. Y mas si era sobre Giselle ya que ella es como una hija para mi padre, como la conoce desde que era pequeña tiene un muy buen trato con ella.
— ¿Qué pasó con Giselle?
—Ya lo viste para que preguntas.
—No lo vi todo.

Justo llegó Marian con los postres.
—Gracias Marian —le dije cuando se devolvía a la cocina y después miré a mi padre—.  Giselle está comprometida.
— ¡Contigo!
—No… si… no. Ella esta comprometida con otro, por obligación de su padre para que siga los negocios de la familia.
—Sigue, cuéntalo corto.
—Y bueno, ella no quiere y le propuse matrimonio.
— ¿Y crees que su padre la va dejar casarse contigo? Por muy Walkovic que seas el otro va a seguir sus negocios. E imagínate cuantos arreglos deben tener por detrás.
—Lo se, por eso le dije que iría a hablar con su padre y le prometería que yo estudiaría lo que él me mandase para seguir con sus negocios y además le daría una buena imagen a su empresa ya que soy Walkovic. Y así Giselle podrá estudiar lo que ella a quiera.
— ¿Me estas diciendo que vas a dejar tus sueños, ser doctor y seguir en la liga de natación, por cumplir los de ella?
—Ella es parte de uno de mis sueños.
Mi padre me observó un momento.

—De acuerdo, te ayudaré. Pero con unas condiciones. Olvídate de estudiar lo que el padre de esa chica te diga. Tú estudiaras medicina y te inscribirás en el grupo de detectives.
— ¿Cómo? ¿De detectives?
—Si. Así podrás serme de ayuda y en cuanto a la empresa de tu futuro suegro harás que él crea que estas estudiando lo que él dijo y cuando muera yo pondré a uno me mis mejor hombres a quedarse a cargo de esa empresa.
—Gracias padre —dije dedicándole una de mis mejores sonrisas hasta que escucho unos sollozos en la cocina, cuando sale Marian con un pañuelo en la mano y me va a abrazar.
—Mi niño está tan grande. Todavía recuerdo cuando tenía que cambiarle los pañales. —bueno, no fue el mejor ejemplo del mundo pero igual la quiero, como a una madre, así que la abracé fuerte y le dije al oído:
—Marian, tengo que ir a hablar con Giselle.
—Vaya hijo, vaya.
—Permiso padre.

Subí a mi habitación, me lavé los dientes, me puse unos tejanos, una camisa blanca entre abierta y una chaqueta negra de cuero. Baje los escalones por la baranda, como lo solía hacer siempre que tenía prisa.
—Adiós. Vuelvo tarde.




martes, 10 de julio de 2012

Notas por debajo del umbral de la conciencia.

¿Que más bonito que despertar con un mensaje de él después de que las oscuridades se apoderaran de nosotros?


Solo pido, que ojalá tu camino algún día se vuelva a juntar con el mío.

viernes, 6 de julio de 2012

Twin Eyes

Nickolas y Giselle

.-Capítulo 1  "Nueva clase"
.-Capítulo 2  "Rencuentro"
.-Capítulo 3 " Ella es parte de mis sueños"



II. Rencuentro "Twin eyes"

— ¡Nickolas!
— ¿Nos hemos presentado? —me estresaba que la gente con la que no tenia ni una especie de relación me llamara por mi nombre. Menos esa perra— soy Walkovic para ti.
—Perdón, soy Sarah. —dijo tendiéndome la mano. ¿A que juega? Yo sé la miré y no le respondí.
— ¿Qué quieres? —me miro con cara atónita y retiró la mano.
— ¡Que caballero!
— ¿Sabes? Voy con prisa. Si non tienes nada que decir mejor que me vaya.
—No, te quería decir que te han nominado presidente del club de dibujo. ¿Aceptas?
— ¿Quiénes lo componen? —ante mi pregunta quedó atónita.
—Somos 5, contándote 6. Stephanie, Mary, Lucy, yo y… la pelirroja… Susana.
—No gracias. —me di media vuelta y seguí con mi camino. No me apetecía estar en una clase llena de chicas que diciendo la verdad su propósito numero uno no iba a ser convertirse en buenas dibujantes.

Llegué a las rejas del colegio y me encontré con un pequeño mural. Donde ponían todas las actividades del colegio. Me dispuse a buscar el deporte que yo practicaba.
 Rugby, tenis, futbol americano, teatro, taller de dibujo, música, karate, judo, cheerleaders, danza, ballet. Y el último Natación. Ahí estaba. Horario, después de clases en las tardes, todos los días. Inscripciones hoy a las 5:45 o mañana a la hora de almuerzo.
Hoy como era el primer día salíamos a las 2:00 cuando normalmente salíamos a las 1:30 para tener un Break de cuarenta y cinco minutos para empezar a las 2:15 y terminar las clases a las 4:00 de la tarde.
Empecé a caminar hacia mi casa hasta llegar a un vasto y elegante barrio residencial, donde las enormes casas se elevaban imponentes y glamorosas en las calles. Hermosas rejas negras con elegantes figuras resguardaban coloridos jardines con delicadas fuentes de agua donde pequeños pájaros revoloteaban. En una de las imponentes construcciones había un árbol que sobresaltaba ante los demás por su elevada altura y unas hermosas hojas tono morado rojizo. Esa era mi casa.
Al entrar mi ama de llaves, Marian, me vino a recoger mis pertenecías  y depositó un tierno beso en mis mejillas. Ella ha sido prácticamente mi madre. Mi madre murió cuando tenia un año de vida y a causa de eso con mi padre nos mudamos a esta casa. Mi padre es ni más ni menos que uno de los más importantes científicos revolucionarios de la época, Jov Walkovic.
Y aquí estoy desde que tengo un año. Con tres empleadas en la casa y un mayordomo. Marian que es como mi madre ya que me ha cuidado desde que nací, ella era ama de llaves de mi madre.  De las otras dos no se más que sus nombres. Andrea cocina, como los dioses, y Mary hace el aseo. Y nuestro querido mayordomo que fue como padre de mi padre, tiene millones de años y se llama Ralph, pero yo le apodé Rodolfo cuando era pequeño y desde entonces todos los años en navidad se disfraza de éste.
Subí a mi habitación y antes de abrir la puerta ésta se abrió de golpe y salió una muchacha de rubios cabellos con una apariencia infantil.
—¡Nickolas! —me gritó la risueña saltando sobre mi y haciendo que los dos cayéramos de espalda sobre el suelo.
 — ¡Giselle!  —dije parándome y dándole un fuerte abrazo levantándola del suelo haciendo que su blanco vestido hiciera ondas a su alrededor.
Giselle. Una chica de dorados cabellos y unos ojos tan celestes como el cielo. Con finas fracciones y cuerpo de una bailarina y tan delicada como una. Mi mejor amiga desde que tengo sentido de la razón. Los dos tenemos mucha historia hasta llegamos a ser algo más que amigos, pero no duró. Ella es la única humana, por así decirlo, que sabe que yo no lo soy.
Los dos nos quisimos, los dos nos lloramos y los dos todavía nos deseamos pero nos mantenemos al margen por el deseo de que nuestra amistad perdure. Ya que todo lo que empieza tiene que terminar ¿No?
—¡Cuánto te he extrañado! —dijo contra mi pecho.
—Lo mismo digo. —le dije rodeándola con un brazo y entrando a la habitación. Nos sentamos los dos en la cama. —¿Cómo ha estado tu viaje?
—Increíble. Todo era tan hermoso y perfecto, pero claro que no faltaron algunas peleas.
—¿Tu padre con tu hermano?
—Si.  —Su hermano, un rebelde sin causa pero justificadamente, pelea regularmente con su padre porque éste desea que se convierta en un hombre de negocios y él lo único que desea es vivir su vida.
—¿Qué ocurrió?
—Mi padre habló con la universidad donde estaba, le canceló los estudios y lo metió en algo de negocios. No me preguntes cual pero mi hermano no se como se enteró pero fue a alegarle a mi padre de inmediato. Él se reusó a cambiarlo y mi hermano se fue.
—¿Te dijo algo?
—Si, se fue a despedir y le dije que me llevara con él, pero dijo que le traería muchos problemas salir con una menor pero que cuando tuviera la edad me llevaría con él y podría hacer lo que yo quisiera con mi vida.
Una de las cosas que Giselle mas amaba en la vida era la danza. Bailaba desde salsa hasta un balls. Y sus bailes favoritos  el tango y el flamenco; y además practica acrobacias áreas en tela. Ella quería estudiar danza, profesora de ballet para ser más específicos, pero su padre no la dejaba, él quería que su hija estudiase derecho.
—¿Quieres ver una película? —le dije para cambiar un poco el tema.
—¿De las que me gustan? Supongo que no son las mismas de siempre.
—Había un remate la semana pasada de películas de terror y sabía que llegarías tarde o temprano.
—Que esperamos, vamos a verlas.
Y así pasamos el rato. Viendo las películas que compré para su llegada. De esas que sabía que ella amaría.
Desde pequeños vemos películas de terror, pero en mi casa a escondidas ya que su padre no la dejaba ver películas o ir al teatro porque decía que eran cosas que hacían perder el tiempo y atrofiaban el cerebro.
—Me gustó más la dos. —dijo ella con una sonrisa en su cara.
—Yo encuentro que estaba mejor la tres, en la dos había mucha sangre sin sentido.
—¡Mentira! Lo dices solo porque en la dos mataron a la joven. —decía pegándome en el hombro y lanzando unas risas.
—Como quieras, la dos esta mas chida. —dije por vencido. Ella puso una sonrisa triunfante y apoyó su cabeza en mi hombro. Yo le pasé el brazo por sus hombros.
—Gis. —le dije bajando la cabeza. Ella me miró. Me acerqué a ella lentamente haciendo que nuestras narices chocaran una contra la otra. Vi como se sorprendía y se empezaba a sonrojar.
—Te ves hermosa hoy.
Y la besé. Nos sumimos en el beso más y más profundo pero Gis me corrió la cara en un momento.
—No. —dijo respirando entre cortado, bajando la mirada.
—¿Qué ocurre? —dije levantándole la cabeza por la barbilla. Pude ver sus ojos húmedos a punto de tirar todo afuera. Ella negó con la cabeza. —Gis, mírame. Te quiero y sé que tú me quieres, no engañamos a nadie con todo esto.
—Ya hemos hablado de esto. —dijo casi llorando.
—Gis ¿Qué ocurre? —dije tomando su cara con ambas manos.— ¿No ves? Te quiero, te amo. Quiero estar contigo y ya sé que hemos hablado esto pero no es como tú piensas. Podemos estar juntos por siempre. Sé que suena tipo película romántica y lo que quieras pero es verdad, no te dejaría, sabes que no, y tú quieres lo mismo. No entiendo cual es el problema.
—Nickolas —dijo casi en susurro— mi padre…
—¿Tu padre?¿ Él es el problema? —dije de inmediato. Pero ella negó con la cabeza.
—Estoy comprometida, mi padre me obligó.
—¡Que! —dije casi a grito.— ¡No puede hacerte esto, tienes solo 16 años! ¿Por qué lo hace?
—Ya que mi hermano se ha ido tiene que tener otra manera de seguir con el negocio  y no se le ocurrió mejor cosa de casarme con el hijo de uno de sus mejores empresarios, ya que él sería capaz de seguir con la empresa.
—¡Cásate conmigo!
—Nickolas…
—Lo digo enserio. Cásate conmigo. —le dije arrodillándome en el suelo. Ella me abrazó y se puso a llorar en mí.  Yo la rodee con los brazos.
—Te diría que “Sí” mil veces pero ya estoy comprometida. En un mes me van a mandar a vivir con él.
—Pero soy Walkovic ni un padre diría no a su hija si se propone casarse con un Walkovic. Puedo convencer a tu padre, controlar la empresa, casarme contigo y tú podrás ser una hermosa bailarina como siempre soñaste. Primera vez que amo tener ese apellido. ¿Qué dices Giselle Walkovic?
—¿Crees que sea posible? —dijo ella sonriéndome y secándose las lagrimas de los ojos. La agarré de la cabeza y le di un beso apasionado.
—Por ti todo es posible.



Capítulo anterior                                   


I. Nueva clase "Twin eyes"

Caminaba por los fríos pasillos de mi nuevo colegio, el séptimo en solo seis años. Se supone que éste será el último, el siguiente será un reformatorio.
Llegaba tarde a mi primera clase pero no apuré la marcha. Al entrar en el salón 2-B todas las cabezas se giraron hacia mí.
—Usted debe ser el nuevo estudiante. ¿Por qué a estas horas joven?
—Perdón, me he dado con dos clases equivocadas antes de ésta. — mentí.
—Tome asiento al lado de su compañero, por favor.
 Me dirigí a mi puesto con un semblante frio haciendo que todas las miradas volvieran nerviosamente hacia sus respectivas tareas.
Llegué a mi puesto saqué un cuaderno y me puse a dibujar. Esta vez, una fría escena de una guerra.
Sentí como mi compañero no me sacaba los ojos de encima.
— ¿Qué tienes? — le pregunté hastiado de que me mirara tanto.
—No, nada. Es que tienes talento para dibujar.
—Lo sé, me lo han dicho ya demasiado para dejarme hastiado.
—Perdón, no era mi intención molestarte. Soy Andrew Branson. — me quedé estupefacto un rato, observándolo.
—Nickolas Walkovic. — le respondí pegado en mi dibujo. Me había caído bien Andrew pero la vida me había enseñado a no confiar tan rápidamente en la gente.
—Así que Walkovic, déjame adivinar, fuerza mental, invisibilidad, telepatía. — él era uno de los de nosotros, era un Ikall.
—Fuerza mental.
Los Walkovic son una de las familias mas conocidas entre los Ikalls por tener una larga generación de los poderes propios menos comunes. Lo que se es que mi padre tiene telepatía, mi abuelo invisibilidad y el abuelo de mi padre fuerza mental. Actualmente, con mi padre y mi abuelo somos los últimos Walkovic que quedan, los únicos de línea recta. Somos los únicos que heredamos esos poderes comunes. Por ejemplo mi prima de tercer grado es un PHE. Una codorniz para ser más exactos.
— ¿Usas lentillas? Tus ojos son morados.
—Otra pegunta igualmente de repetida. No, nací con ellos, es mi color natural. — al igual que eso. Ojos de familia.
Se notaba que Andrew no había tenido mucho contacto con la gente de su tipo. Porque si lo hubiera sabido tendría por lo menos una vaga idea de que varios Ikalls poseemos colores extravagantes de ojos, y algunos, casi escasos, tiene el pelo de diferentes colores, no necesariamente extravagantes.

Tocó el timbre, la siguiente clase la tenía en este mismo salón así que seguí sumido en mi dibujo cuando sentí unos cuantos susurros a mis alrededores. Levanto la vista y me encuentro con un grupo de chicas rodeándome. Las miré a cada una con una fría mirada.
— ¿Se les perdió algo? — ni una chica respondió, algunas se sonrojaron, otras se fueron. Volví a centrar mi mente en el dibujo. Sentí como todas se iban pero sentí unos fuertes pasos que se dirigían hacia donde me encontraba.
—Si,  las lentillas que tienes puesta. — me respondió una chica con voz autoritaria. Se notaba que era la presidenta o secretaria del curso. Su voz lo demostraba. Todos los hombres nos miraban con cara de terror. Supongo que ni los profesores se metían con ella.
— ¿Las quieres? — le dije levantándome y colocándome frente a ella, casi rozándola haciendo que se sonroje y adquiera una pose mas autoritaria. — Bueno, lo siento. Nacieron conmigo, mueren conmigo.
Fue lo último que dije y me volví a sentar. Toda mi vida había recibido bromas sobre mis ojos y todas las supe controlar. La chica se fue.
—Increíble hermano, nadie controla a Sarah. — Andrew se volvió a sentar. Espera, ¿Hermano?
— ¿Quién es?
—Es la presidenta del curso, chica perfecta entre las chicas del curso, hueca según la mayoría de los hombres, pero con un carácter que mata.
— ¿Quieres mi opinión? — dije sacando los ojos del dibujo y mirándolo. —Creo que es una perra.
—La mayoría tiene ese comentario de ella la primera vez que la ve, pero no es nada de eso. Jamás la he visto flirteando con algún chico del colegio y ha tenido solo dos novios. Ese el que esta en la primera fila con la chica pelirroja de lentes. Se llama Daniel y varias chicas suspiran por él, pero ni una ha tenido la suerte además de Sarah de estar con él. No es de los tipos que juegan un rato. Y el otro es el chico presumido con la chaqueta de Rugby. Él es Liam y es uno de los más mujeriegos del colegio. No estuvo con ella ni dos semanas porque lo pilló con otra.
—No me interesa su vida. Ya verás que te lo demostraré. Sarah es una barata.
—Pensé que te interesaba.
—Hasta me interesaría más tu vida que la de esa perra.
— ¿Mi vida?
—Ahorra te la charla. — dije colocando un dedo sobre su frente y adquiriendo todo recuerdo que poseía su mente.
—Espera, me dijiste que tenias fuerza mental no telepatía.
—Son lo mismo.
—Que no.
—Que si. Mira, antes eran solo un poder propio pero los científicos se dieron cuenta que los que poseían ese poder tenían dificultades en adquirirlo y otros facilidades. Por ejemplo algunos tenían facilidad en controlar objetos pero para controlar mentes tenían que tener mas practica y otros les facilitaba leer mentes pero les costaba mas controlar objetos. Así que los separaron, los que les facilitaba mover objetos tenían fuerza mental y los otros telepatía.
—Woah, ¿Cómo sabes eso?
—Porque fue mi bisabuelo el que los separó.
— ¿Entonces que poderes tienen cada uno?
—A ver, fuerza mental tiene como principal mover objetos, creación de campos de fuerza, ver el futuro cercano y presentir almas o presencias. Y Telepatía tiene como principal leer y controlar mentes.
— ¿Solo eso tiene telepatía?
—Hey, no te creas tanto. Puedo hacer que tú hagas, digas o pienses lo que yo quiera. Te puedo tanto leer los recuerdos como borrarlos y poner ideas en tu cabeza. Como escenas que nunca fueron verdad.
—Debe ser genial.
Esa fue toda nuestra conversación en toda la mañana.
Al último timbre sonó, metí mis cosas en mi bolso, me lo colgué en el hombro y salí. No llegué ni a la reja del colegio cuando Sarah me detuvo.







jueves, 5 de julio de 2012

Capítulo 18 de "Gracias a una Piedra"

Desperté entre sonidos provenientes de la habitación. Por un momento me quede mirando la nada, me sentía extraña, como mareada pero no como que me fuera a desmayar, si no como si todo fuera algo creado por mi mente.
De repente se me vino Patrick a la mente. Miré al lado a ver si se encontraba él, pero no, estaba Nickolas, la señora Margaret y Oliver.

—Hola querida, ¿Cómo te sientes? —cuanto extrañaba la dulce voz de la señora Margaret.
—Extraña. —fue lo único que pude articular.  
—Tranquila, es normal, después te acostumbrarás.

Vi a Oliver que se levantaba de su asiento, se puso de rodillas al borde de la cama y puso mi mano entre las suyas.
—Estás helada, ¿Tienes frío?
— ¿Patrick? —no podía pensar en otra cosa en ese momento. El me lo había prometido. ¿Cuál es su juego?
—Shh, después te explico todo. ¿Tienes frío?
—Algo. —Oliver me acomodó las ropas de la cama cubriéndome hasta el mentón como a una niña pequeña.
—Te han estado suministrando energía, ya que tus niveles están bajos y estuviste a punto de entrar en un coma. En estos días trata, por favor, de no usar  tus poderes, podría ser peligroso. —me empecé a desesperar. No entendía nada.
—De acuerdo, pero podría alguien decirme ¿Qué coño sucede?
—Tuviste un bajón de energía, uno considerable. Estuviste en los niveles mínimos, a punto de entrar a un coma. Solo te recomiendo descansar y no usar tus poderes bajo ni una circunstancia. ­—Nickolas me mantuvo la mirada fija durante unos segundos. Sentí algo extraño. No se como, pero sabía lo que había hecho, me había leído la mente. Había visto y odio todo lo que pasó la noche anterior con Patrick. Una cólera incontrolable surgió.
— ¿Por qué has hecho eso?
— ¿Qué cosa?
— ¡Sabes perfectamente que! —dije alzando la voz.
—De acuerdo tranquila, no fue mi intención.

La señora Margaret y Oliver miraban impasible la escena. Gracias a dios la señora Margaret se dio cuenta que esto no terminaría bien e interrumpió.
—Querida, por favor, descansa, tus niveles están bajísimos no hagas que empeoren.
—De acuerdo.

En esos momentos volvieron a la normalidad, la señora Margaret estaba tomando datos en su carpeta y Nickolas mientras me quitaba los vendajes para curar mi herida.
Recién en ese momento me di cuenta que cuando realmente podría haber funcionado algo bien con Patrick, todo se iba al carajo. ¿Por qué? Porque no podremos estar juntos sin que mi energía baje y me encuentre en peligro de “morir” ya que quedar en coma para un Lucifer es como “morir temporalmente” hasta los 18 claro, cuando la piedra se vaya y tenga que obtener la energía de mi misma.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el chirrido de la puerta, esperé que fuera Patrick, pero no, era alguien mucho mejor. Jov Walkovic, mi querido y amado padre.
Sin pensarlo dos veces me levanté muy decidida, pese al esfuerzo, y lo abracé. En ese momento me di cuenta que estaba solo con la venda en mi parte superior y unos pantalones abajo. Mi padre se quedó atónito sujetándome, ya que yo no podía mi peso.

— ¿Cómo estás Papá?
— ¿Papá? —Dijo Nickolas parándose de su asiento— ¿Qué haces aquí?
— ¿Qué ocurre acá? — dije mirando a mi padre y a Nickolas a la vez, que tenía la misma cara de sorpresa que los dos. La señora Margaret y Oliver estaban igual de atónitos que nosotros.
Mi padre se enderezó y nos miró a ambos.
—Caroline Walkovic —me dirigió la mirada— y Nickolas Walkovic, —dirigió la mirada a Nickolas— hijos de Elisabeth y Jov Walkovic, nacidos una hermosa tarde de primavera, ustedes… son hermanos.
Con Nickolas nos lanzamos surtidas miradas de confusión y entendimiento. Por eso muchas cosas calzaban.
—Permiso señor Walkovic, con Oliver nos retiramos.
—Adelante. —dijo mi padre haciéndose a un lado.
Nickolas notó mi fatiga y me agarró en brazos y me volvió a acostar. En su cara no mostraba ni una emoción y la mía creo que tampoco. Nickolas tomó asiento.
— ¿Cuándo pensabas contarnos que teníamos un hermano mellizo?
—Hey, sé que pueden estar sorprendidos, emocionados, desilusionados y hasta molestos; pero lo hice por su bien. Su madre murió cuatro años después de darlos a luz a causa de leucemia. Sabíamos que uno de ustedes era Lucifer pero, ¿Cual de los dos Lucifer? Nadie sabía, ya que ustedes al ser pequeños sus energías son mas regulares, no hay algunos que tengan más o menos, ya que si naces con menos son prácticamente humanos. Pero bueno, cuando fueron creciendo la energía de los dos fue aumentando en un nivel considerable al mismo tiempo, tanto que parecía que los dos fueran lucifer, y por eso los separé, por miedo a que al seguir creciendo sus auras los maten o pongan en riesgo la vida del que no era lucifer. Ya que como saben la mayoría de las veces toman rehenes de la familia para poder capturar al lucifer, lo más fácil, torturar al familiar y que el aura del Lucifer se debilite por el dolor, de tal manera que al controlar su aura obtiene el poder de la piedra.
— ¿Algo más que decir? —preguntó Nickolas con tono frío.
— ¡Nickolas! —le grité exaltada. Nadie la habla así a mi padre… o a nuestro padre… Pero bueno era su padre igual después de todo.
—No Caroline

El silencio era incomodo y extraño a la vez.
Nickolas me tomó la mano y dijo despacio:
—Hola hermana. —sonreí al escuchar eso. Todavía no podía asimilar que él era mi hermano.
—Hola hermano. —le respondí algo tímida. Nickolas levantó la cabeza y me miró. En su cara se dibujó una hermosa sonrisa.

Se levantó y se acostó a mi lado pasándome un brazo por detrás de la cabeza y apoyando la espalda contra el respaldo como yo.
—No puedo creer que nuca me haya dado cuenta.
—Tampoco estuvimos demasiado tiempo juntos como para contarnos de nuestras vidas, piensa que ni siquiera nos presentamos con el apellido.
—Pero igual, se nota que somos parecidos. Los ojos. El característico morado que identifica a los Walkovic. —hiso una pequeña pausa—además eres igual a mamá.
—Y tú a papá.
— ¿Yo? ¿A ese viejo cascarrabias? Nunca.
— ¡Que si! Tienen el mismo tono de pelo, los ojos y la forma de hablar.
—Dios, yo te hago un cumplido y tu me respondes con todo lo contrario.
—Ya perdón. —dije algo avergonzada.
—Quiero saber quien es el mayor.
—Apuesto que soy yo— dije revolviendo su negra cabellera.
—Te gustaría. Ya verás que tú eres mi hermana pequeña. —y ahora él me empezó a revolver los cabellos. Traté de esquivarlo, pero un mal movimiento me dejó en jaque. Sentí como los colores se me iban.
— ¿Qué ocurre?
—Me duele. —no podía decir nada más. Apreté mi costado con mis manos.
—Déjame ver. —Nickolas me corrió las manos dejando a la vista una pequeña mancha de sangre en la venda que se iba ensanchando cada vez más.

Nickolas se levantó rápidamente y me acostó a lo largo de la cama. Empezó a sacar las vendas rápidamente una por una, con el mayor cuidado. Nickolas gritaba desesperadamente pidiendo ayuda. Pude ver en él reflejado el miedo, y yo me empezaba a marear poco a poco y él lo notó.

—Vamos Caroline, resiste, por favor. —me dijo mientras sacaba la última venda. En sus ojos pude ver reflejado mi costado ensangrentado, con la herida abierta. ¿Pero que sucedió? Si la herida había sanado casi por completo. Nickolas fue a la puerta y la abrió.

— ¡Ayuda! ¡Por favor alguien que pida ayuda!

Se volvió hacia mí y empezó a sacar vendas de una caja que estaba al lado de mi cama, donde se encontraban todos los remedios. Me puso una venda doblada y empezó a presionar. Me dolía como los mil diablos pero no quería preocupar más a Nickolas que siguió presionando más y más fuerte. Llegó a un punto que ya no soporté y puse mis manos sobre mi herida. Nickolas espantado trató de sacarlas, sin ni un buen resultado, ya que por alguna extraña razón me dolía menos.
El rostro de Nickolas de un momento a otro cambió y puso sus manos en su frente, dejando esta totalmente ensangrentada.

—Increíble.
— ¿Qué cosa? —logré decir.
—Tu herida está sanando. Tienes poder de la curación.
— ¿Qué?
— ¡Ya no sangra! Se volvió a cerrar.
— ¿Qué ocurre? —Oliver llegó jadeando de tanto correr.
—Caroline tiene poder de curación.
—Imposible, ya tiene su poder propio. Tiene como común resistencia y propio fuerza mental.
—Bueno, yo oí que esta era una pareja muy extraña, de la cual lo mas extraño se podía esperar.
—Así dicen— le dije con una sonrisa en mi cara.
—Así que curación. ¿Será tan amable la señorita Walkovic de prestar sus servicios a este herido caballero? — dijo el peli-castaño apoyado en el marco de la puerta mirándome con esos verdes ojos, que tanto amaba.






   Bueno, primero que todo ojalá les haya gustado este capítulo. Y segundo, este capítulo da inicio a "Twin Eyes" extensión y libro aparte de la historia "Gracias a una Piedra"
Este libro habla de la vida de Nickolas Walkovic antes de llegar al instituto. Ojalá lo disfruten, aclaren mas cosas y se puedan sumir en los muchos misterios en los que este libro se ve encadenado.






martes, 3 de julio de 2012

Notas por debajo del umbral de la conciencia.

Si en ese momento hubiera sabido que todavía quedaban cenizas ardiendo, todo hubiera sido diferente.
Se que es mi culpa por no haberlas avivado , pero también fue la tuya por haberlas dejado arder cuando sabias que se apagaban lentamente.
Me gustó cuando los dos hacíamos que el fuego no se apague, pero las cosas cambian cuando es solo uno el que lo aviva y exactamente ese fue mi error, pensar que tu ya no avivabas este fuego, cuando en realidad lo solo lo hacías lo menos notorio posible.







lunes, 2 de julio de 2012

Notas por debajo del umbral de la conciencia.

Aquí y ahora, parada sobre ruinas de lo que fue mi derecha vida siento que ya no te merezco.
...Y no tengo nada mas que decir.




Solo pido, que ojalá tu camino algún día se vuelva a juntar con el mío.