One Shot
"Ríe cuando estés triste, llorar es demasiado fácil."
Una bella historia de resurgimiento y amor...
El nombre lo dice todo.
Recordaba el momento cuando su vida había tomado otro rumbo, cuando su mejor amiga y su hermano murieron, y ella internada en un hospital con una pierna fracturada y varios músculos desgarrados, ya que su pierna quedo atrapada entre unos fierros, pero… jamás bajo la cabeza.
El trágico incidente tomo lugar el viernes 8 de enero cuando los dos 2° medios fueron de viaje a Argentina, tomaron su bus a las 8 de la tarde, viajaban todos muy contentos y animados por llegar a su destino, cuando sin previo aviso todo se volvió negro. El bus había chocado de frente. Clervie estuvo tres días inconsciente, su hermano mellizo Clement murió y su mejor amiga Noemí, la actual novia de su hermano, murió junto con él.
Al despertar Cler tuvo que afrontar la triste realidad, de perder a su mejor amiga y a su hermano. Se sentía sola ¿con quién compartiría recreos, viernes de aburrimiento, clases de física, o los momentos de ocio?, ¿a quién le pediría que no haga “escenitas” frente a ella, con su hermano?, ¿a quién le pediría que no vaya a buscar a su mejor amiga en los recreos?, ¿a quién…? no sabía, se sentía más sola que nunca, pero más protegida. Sentía que su amiga le hablaba y que decía que todo iba a estar bien.
Cuando estuvo inconsciente escuchaba a su amiga y a su hermano, que decían que estaban felices porque podrían estar para siempre juntos como ellos querían, que ella siempre iba a estar ahí para ayudarla y su novio también; que no se preocupe, la vida le devolverá lo quitado.
Cler comprobó que lo que escuchaba no era un sueño, sino verdad. Cada vez que sentía una cálida mano apoyada en su hombro, era su hermano; y cada vez que sentía un cálido aliento rozar por su cuello era su amiga, Noemí.
Los doctores se asombraban al ver a Clervie, ya que había perdido a su hermano, a su mejor amiga, probablemente jamás podrá hacer deporte nuevamente y tendría que esperar meses para volver a caminar pero igual sonreía cada día más, como que la vida le diera motivos, pero ellos sabían que no se los daba. Algunos dirán “es la alegría de estar viva” pero no, ella preferiría estar muerta con su amiga y su hermano, pero no era así y tenía que estar feliz por lo que venía, aunque ella no sabía que era, solo su tacaña amiga Noemí que no quería contarle.
Pasaron los meses, Cler tenía que volver a aprender a caminar, iba todos los días a un instituto de rehabilitación. Le costaba hasta patear una pelota, pero se sentía animada, Noemí y Clement la apoyaban en todas su sesiones y la animaban a seguir adelante. Paso su primer mes, ya tenía más fuerza en la pierna, ahora podía patear una pelota; cuando lo logro Noemí se reía de ella, decía que era una llorona que todo le afectaba ya que cuando pateo la pelota se puso tan feliz que hasta lloro.
Su mama la encontró un día hablando sola, y mencionando el nombre de Noemí, ella lo primero que quiso hacer era llevarla al psicólogo pero al llegar a la casa Cler le prometió que haría que ella escuche a Noemí y a Clement.
Cuando llegaron esa calurosa tarde de verano a su casa, Cler hablo con Clement.
-Clement, ¿podrás hablar con mama?
-¡como se te ocurre! Le daremos un infarto
-pero ella me encontró hablando con Noemí y me quiere llevar al psicólogo.
-eres bien problemática, además ella no me escuchara.
-¡por favor! no quiero ir a un psicólogo que me va a tratar de loca por hablar con muertos
-bueno lo haré
Esa misma tarde Cler llamo a su mama a la mesa.
- mama, te quería demostrar que no estoy loca y que no hablo sola – Puso un papel al medio de la mesa y un lápiz.
-Clement…
El lápiz se levanto y empezó a escribir en el papel. La madre de Cler miraba atónita el lápiz que se movía sin nada que lo sujete.
“Hola ma” fueron las palabras que fueron visibles en el papel. Su madre no pudo evitar llorar.
Su mama lloraba amargamente.
“tranquila no llores, estoy bien, mejor que nunca, estoy con Noemí”
-¿hijo?, ¿Clement?
“¿sí?”
-¡hijo mío! por dios– su madre no podía hablar a causa del llanto.
“tranquila, no me he alejado de ustedes, sigo con ustedes, siempre estoy con ustedes, no los he dejado”
-Clement dile… -pidió Cler
“¡cierto! No se atreva a llevar a Cler a un psicólogo, que yo no creo que este loca…“ la hoja se acabo y se dio vuelta. “… ese día de verdad hablaba con Noemí, hemos estado con ellas en todas su sesiones, apoyándola para que salga adelante”
Cler no pudo evitar llorar, primera vez que lloraba después del accidente. “los dejo, pero seguiré con ustedes, los cuidare siempre, adiós. Clement y Noemí “
-adiós querido – dijo su madre mientras se secaba las lágrimas
------------- O ---------------
Cler se despertó temprano un viernes de vacaciones de invierno para ir a sus clases en el instituto de rehabilitación, ese día le avisaron que fuera porque había unos voluntarios de vacaciones, que eran los jóvenes que voluntariamente ayudarían en el instituto por las vacaciones. Cler llego alegre como siempre, ahora hacia sus clases solas ya que su mama tenía que trabajar. Entro en la sala y con ayuda de una enfermera la bajaron de la silla y la sentaron en el suelo al lado de unas barras, era el último día que se daría el lujo de andar en silla de ruedas.
Había varios niños más. Después de un rato empezaron a llegar unos jóvenes, algunos mas grande que ella y otros de su edad. La enfermera los presento. Después de eso un joven alto de pelo castaño y ojos verdes se acerco a ella.
-hola, soy Darren, me dijeron que hoy estaría a acargo de ti.
-no me hables como un bebe – pidió Cler
-perdon – Darren estaba avergonzado.
-no importa me ha pasado bien a menudo, me llamo Clervie pero dime Cler
-bueno, Hola Cler, cuéntame que te paso.
-bueno… tuve un accidente y mi pierna quedo atrapada entre unos fierros, me fracture y también me desgarre varios musculos, por eso no puedo caminar.
-mmm no puedes caminar, bueno te ayudare
-esperaba que eso hisieras – Darren que en ese momento estaba apoyado en las barras y miraba al suelo, levanto la vista y miro a Cler con una suave sonrisa.
-¿te puedes parar?
-si - Darren le alargo la mano y Cler se la tomo agradecida.
Cler se paro y se mantuvo en pie.
-bueno, ahora a caminar – Cler lo miraba espantada – tranquila no te hare caminar sola.
Darren le tomo la otra mano, a Cler le costo dar el primer paso, lo dio y se desplomo, Darren la alcanzó a sujetar.
-perdon
-no te preocupes, te caeras muchas veces pero lo importante es que al final puedas caminar, ven… - Darren tomo su brazo y se lo paso por encima de los hombros y la sujeto.
-ahora si.
A Cler le ardia la cara, estaba rojísima y Darren lo noto y dejo escapar una pequeña risita. Cler podía caminar pero gracias a Darren que la sujetaba y hacia que la mayoría de su peso se cargara en su otra pierna. Caminaron un buen rato.
-¿estaras todo el invierno? – pregunto Cler
- sí, pero si quieres puedo dejar de ayudarte
-¡no! no me molesta, al contrario.
-¿cuántos años tienes Cler?
-17 ¿y tú?
-18, y ¿qué fue lo que te paso exactamente?
-el año pasado a fin de año tuvimos un viaje a argentina con los dos 2° medios y el bus choco y yo quede entremedio de los fierros de los asientos y… bueno… este fue el resultado.
-mmm, pero no importa te pondrás bien.
-si eso espero... – salieron al patio del instituto y caminaron hacia los bancos, al llegar al más cerca se sentaron.
-¿te molestaría si te pregunto tu apellido?
-no, si tú me dices el tuyo
-Gerson
-el mío es Stooks – Darren bajo la cabeza
- tenía un amigo que tenía ese apellido…
-¿cómo se llamaba?
-Clement, Clement Stooks - a Cler se le helo la espalda al escuchar ese nombre.
-sabrás por casualidad si su segundo sombre era Jess – pregunto Cler
-¡ sí! Me acuerdo que lo molestábamos porque era nombre de mujer y el decía que sus padres le habían puesto ese nombre a su hermana y a el… y tu… ¿Cómo sabes eso?
-era mi hermano… - Cler no bajo la cabeza, se sentía orgullosa por tener su nombre y hasta se olvidaba de que el había muerto, ya que lo sentía siempre cerca.
-perdón…
-no, no tienes porque…
-bueno… oye entonces te llamas Clervie Jess Stooks, eres muy parecida a él.
-todos dicen lo mismo pero él se robo los ojos verdes.
-ah claro, pero no importa igual son bonitos los tuyos – por segunda vez a Cler le ardía la cara – bueno entremos, hay que seguir con la clase.
-claro – Darren volvió a tomar a Cler y volvieron a la sala.
La sala era enorme, había de todo, a un lado barras, al otro pelotas, al otro una piscina de esponjas, en la otra esquina 2 pares de pelotas gigantes, elásticos colgados en la pared, un par de bicicletas de ejercicio y a la mitad un angosto pero largo pasillo con al lado una barra.
-bueno, ¿qué haremos primero?
-vamos a la piscina de esponjas, es divertido tirarse en ellas.
-eres muy infantil…
-cuando te metas en ellas no dirás lo mismo
Los dos fueron a la piscina de esponjas. A ella le gustaba porque podía caminar entre ellas y si se caía no le dolía. Cler se metió y se cayó, le extendió una mano a Darren para que la levantara; el extendió la mano para ayudarla; Cler le tomo la mano y lo tiro hacia la piscina, el cayó al lado de ella.
-eso es hacer trampa – exclamo Darren acercándose a Cler.
-no hay reglas – Cler se tiro a Darren y el la sujeto. Quedaron abrazados por menos de un minuto cuando sintieron que alguien el lanza una esponja. Miran para todos lados pero no había nadie. Cler se suelta de Darren cayendo sentada en las esponjas, ella seguía mirando de donde pudo venir esa esponja cuando ven que otra se levanta sin que nadie la tome y va hacia ellos. Darren miraba espantado como la esponja se levantaba sola y miro a Cler y la abrazo por detrás.
”Porque viene a molestar” – pensó Cler.
-tranquilo, mira… ¡CLEMENT! no molestes – Darren cada vez estaba más desconcertado. La esponja cayo.
-que... que…que fue eso – a Darren con suerte le salían las palabras y su cara lo decía todo, estaba muerto de miedo.
-tranquilo no es nada de otro mundo, bueno en verdad si pero no es ni más ni menos que tu amigo Clement
-¿tu…tu…tu hermano? Pero esta muerto
-pero no porque esté muerto quiere decir que nos dejo…
-espera esto es una mentira… es imposible…
-Clement – grito su hermana.
Una esponja de al frente de ellos se levanto.
-¿Clent?, ¿Eres tú?, ¿amigo?
La esponja se movió de arriba abajo.
-si es él, todavía le gusta meterse en las cosas que no le incumben, yo pensé que con lo ocurrido se le fue la maña.
- no al contrario, ahora soy más copuchento – dijo Clement. Darren salto al oír su voz.
-¡Clent eres tú! Por dios sigues acá… ¡tanto tiempo hombre!
- ¿me escuchas? – pregunto Clement extrañado.
- sí, obvio, ¿por qué? ¿No tendría que escucharte?
-se supone que solo Clesi puede escucharme
- ¡no me digas así! Y mejor anda con Noemí, no la dejes sola.
-ella está arreglando sus asuntos, y yo quise venir a ver lo que mi pequeña hermana hace, quería ver con quien estabas
- jamás te has preocupado de con quién me junto
-lo sé, pero ahora se trata de mi amigo
-de que hablas – Cler se puso roja y tanto Darren como Clement lo notaron.
-ya no molesto, adiós nos vemos
Al irse Darren escucho algo a su oído.
-la cuidas o veras lo que pueden hacer las fuerzas del otro mundo
Darren asintió con la cabeza y esbozó una sonrisa.
-perdón por eso – Cler seguía roja.
- ¿por qué? Fue genial escuchar a mi amigo por última vez, bueno Clesi creo que será mejor seguir.
-no me digas así.
-¿por qué no?
- porque es vergonzoso
-bueno como quieras.
Cler y Darren estuvieron toda la tarde en las esponjas, se las tiraban, se acostaban en ellas, saltaban y se metían debajo de ellas; parecían dos niños chicos jugando.
Se paso la tarde muy rápido ya eran las 7:56, Darren tenía que irse y Cler también.
-bueno, me encanto conocerte y ojala mañana te vea de nuevo.
-lo mismo digo, y no te preocupes mañana vengo si o si.
Los dos se despidieron con un cálido beso en la mejilla y se fueron. Cler sentía que ese día había progresado más que una semana entera, podía apoyarse más en su pierna y estaba a punto de dar un paso sin caer. Ella pensaba en todos los niños que antes veía que no podían caminar y ella lo encontraba tan fácil pero ahora se dio cuenta de lo difícil que es y ella tiene que agradecer que tenga la posibilidad de caminar de nuevo.
Al llegar a su casa se tendió en su cama y se quedo dormida producto del cansancio.
--------------- O -----------------
Despertó miro su reloj, eran las 9:00am, tomo sus muletas y se fue al baño, se ducho, se vistió y fue a la cocina, se demoro un poco porque bajar las escaleras era lo que más le costaba, pensaba que se caería de frente. Al llegar a la cocina encontró a su mama desesperada llamando y caminaba de un lado a otro.
-¿qué pasa ma?
-oh hijita no te vi entrar – cerro el celular – nada solo hablaba con tu tía.
-no ha pasado nada, ¿cierto?
-no, no te preocupes, ven siéntate, toma desayuno.
-gracias.
Cler al sentarse miro la ventana, hacia un hermoso día de invierno. Tomó su desayuno y fue a lavarse los dientes, al salir de la cocina vio a su mama que hablaba por teléfono.
-…si estamos muy felices – su mama vio a Cler salir de la cocina -, espera un poco… ¿Cler iras hoy al instituto?
-si voy a lavarme los dientes
-ya te espero.
Cler subió las escaleras, ¿Quiénes están tan felices? Y ¿Por qué? Se lavo los dientes, salió del baño y se apoyo en la baranda de la escalera para escuchar si su mama seguía conversando, no alcanzó a escuchar nada porque se le cayó la muleta e hiso mucho ruido.
-…hablamos después tengo que llevar a Cler al instituto de rehabilitación. Adiós. –su mama colgó – Cler, vamos
-ya voy – recogió rápidamente su muleta y bajo.
Salió de la casa con su mama se subieron al auto y fueron al instituto de rehabilitación.
-¿esta mejor tu pierna?
- sí, ayer avance mucho mas
-supe que llegaron voluntarios al instituto.
- sí, y uno era amigo de Clement
-¿cómo se llama?
-Darren Gerson
-ah ese muchacho, era amigo de tu hermano desde primero.
-pero es un año mayo.
- sí, pero lo hicieron repetir porque falto mucho a clases y después en 5° se fue a un colegio ingles.
- qué raro jamás lo había visto.
- cuando chicos jugaban con él, pero no creo que te acuerdes. Bueno, llegamos.
-adiós.
-te vengo a buscar a las 6:00
-ya.
Cler entro al instituto y lo primero que se encontró fue a Darren esperándola.
-y tu tan temprano que llegas
- sí, me dijeron que llegue antes, ¿vamos a empezar?
-bueno
Cler hiso el mismo recorrido de siempre, entrar en la sala de cambio, dejar sus cosas en un casillero y salir a al gimnasio donde hoy, Darren la esperaba.
Esa mañana se le pasó volando, primero caminaron un poco, Cler hiso sus ejercicios mientras hablaba con Darren y después camino en las barras mientras Darren la esperaba al final de estas. Por fin llego.
-oye Cler tengo que preguntarte algo
-¿qué cosa?
-¿te gustaría… salir mañana conmigo? – Darren estaba muy nervioso y Cler se quedo Helada con esa pregunta, sabía que contestar pero las palabras no le salían.
- y…bien…
-¡obvio! – Cler se tiro a abrazar a Darren que quedo sorprendido pero encantado por la respuesta y la reacción de Cler. La brazo, la alegría lo superaba.
-pero… - Cler se separo un poco de él.
-¿pero qué?
-mañana tengo que venir
-no importa salimos después – Darren sonrió miro a Cler, atrás de ella estaba la piscina de esponjas. Una se levanto y afirmo en el aire. Darren sonrió. Cler lo miro extrañada y miro hacia atrás, justo en ese momento la esponja cayó pero ella la alcanzó a ver y negó con la cabeza pero con una gran sonrisa en su cara.
-sigue acá ese metido.
-creo que si… -respondió Darren con una sonrisa en su cara.
Paso la tarde, llego la hora de comer y fueron al casino del instituto de rehabilitación, después tuvieron un pequeño tiempo de descanso ya que Cler tenía que seguir con sus ejercicios. La tarde era hermosa, fría pero hermosa, lástima que Cler y Darren tuvieran que estar encerrados en el instituto y no poder disfrutar de ese bello día de invierno, pero Cler y Darren lo pasaban increíble juntos, además que Darren era muy bueno para las bromas y Cler no paraba de reír.
El día se les paso volando ya había llegado la tarde, eran las 5:46pm.
Darren y Cler ya no tenían nada que hacer así que se sentaron en las colchonetas y empezaron a hablar cuando llega la mama de Clervie.
-¡Cler vamos! – Dijo su madre desde el otro extremo del gimnasio - ¡oh! Darren querido ¿como estas? Tanto tiempo – dijo al ver a Darren al lado de Cler. Camino hacia los dos muchachos.
-hola tía, muy bien.
-¿cómo está tu madre?
-bien, ahora está viajando con mi padre por Europa
-y tu ¿te quedaste solo?
-no estoy con mi tía
-que bueno. ¿Cómo te ha ido hoy Cler? – dijo dirigiéndose a su hija.
-bien, he… mama - Cler se puso nerviosa y Darren sabía lo que iba a decir así que se adelanto.
-…tía ¿dejaría a Clervie salir conmigo mañana? – Darren estaba igual de nervioso que Cler. La madre de Cler no sabía que decir.
-mmm… depende de lo que diga Cler – Cler le sonrió a su madre – bueno creo que ese es un sí.
Darren estaba feliz quería abrazar a Cler pero se limito a sonreírle.
Era un frio día de domingo y Cler se levanto temprano igual que todos los días, se vistió, tomo desayuno y su madre la fue a dejar al instituto. Entro como todos los días, hiso lo que todos los días pero sabía que al final no sería como todos los días, ese día estaría con Darren.
-¿como estas? – le pregunto Darren cuando ella entraba al gimnasio.
-bien, gracias.
-genial, hoy lo pasaremos increíble – Darren sonrió y Cler le correspondió la sonrisa – bueno empecemos.
Cler y Darren hicieron la misma rutina del día anterior, después almorzaron y se fueron a las barras.
-mira Cler, ¡ya llegas! Solo un poco mas – Cler le faltaba muy poco para hacer la barra entera por primera vez - ¡eso! Cler es increíble como has avanzado.
-gracias.
-mira, ahora trata de por lo menos dar unos pasos sola, ¿quieres? Yo estaré aquí – Darren se alejo un poco de ella y le estiro los brazos como una padre le hace a su pequeña hija que recién empieza a caminar – se que tu puedes.
Cler se soltó de la barra, dio un paso, recobro el equilibrio, dio otro, ya estaba mas cerca de Darren, dio otro pero ahora no pudo recobrar el equilibrio y cayó. Darren la sujeto quedando los dos cara a cara. Cler empezó a sonrojarse, por un rato no reacciono, cuando lo hiso bajo la cara.
-perdón.
-no tienes porqué
Ya eran las 5:30 Darren y Cler salieron del instituto hacia el centro. Fueron a ver una película, después tomaron un helado.
-quiero mostrarte un lugar que es hermoso.
-bueno.
Darren tomo la mano de Cler haciendo que ella lo mirara extrañada y sonrojara.
-¿puedo? – Cler solo esbozó una dulce sonrisa y afirmo – bueno vamos.
Cualquier persona pensaría que esa pareja de jóvenes eran novios, ya que se venían felices y los dos además se veían muy tiernos juntos. Cler jamás había sentido algo así, era una mescla de felicidad, emoción, gozo y afecto hacia Darren. No quería alejarse de él, la hacía sentirse especial.
Cler y Darren llegaron a una amplia playa con grandes árboles y una hermosa puesta de sol que acompañaba. Darren le quito la muleta a Cler y la ayudo a sentarse.
- qué hermoso Darren.
-sabia que te gustaría.
Estuvieron un largo rato contemplando el paisaje, no sé si Darren se preocupaba de eso pero Cler estaba feliz viendo lo hermoso del cielo y pidiendo que ese día se hiciera interminable. Darren también pedía eso.
-Cler no se porque, pero siento que te he conocido de siempre.
-yo igual, es raro – Cler se acordó de lo que había dicho su madre “…cuando chicos jugaban con el…” - ahora que me acuerdo, mi mama dijo que jugábamos juntos cuando éramos chicos y con mi hermano claro.
-¿de verdad? Si me acuerdo cuando jugaba con Clement, pero… - Darren empezó a pensar en todas las ocasiones que había jugado con Clement cuando de repente todos los recuerdos le volvieron a la mente, cuando andaban en bici, cuando jugaban en la caja de arena, cuando jugaban a la escondida… ¡eso! Cuando jugaban a la escondida…
-Cler, ¿te acuerdas cuando andábamos en bici o cuando jugamos las escondidas? – Cler empezó a recordar, los recuerdos empezaron a aparecer como una película en su mente, cuando ese caluroso día de verano jugaron a la escondida con Clement, no deben haber tenido más de 6 años, Cler y Darren se escondieron juntos y esperaban a que Clement terminara de contar.
-Cler te quiero.
-¿Por qué? – pregunto Cler con la mismísima pureza de la inocencia.
-no sé, creo que eres bonita.
-entonces yo igual te quiero.
-¿te puedo abrazar?
-bueno, pero Shh, Clement ya termino de contar.
Clervie al recordar ese bello momento sonrió.
-si me acuerdo, que inocentes éramos.
-¿te puedo abrazar?
-bueno, pero Clement puede estar Cerca.
Los dos rieron y Darren abrazo a Cler.
-Clent, ¿estás acá? - nada se movió.
-bueno por lo menos nos dejo tranquilos una vez.
- sí.
Pasaron la tarde abrazados hasta que el sol se escondió, Darren fue a dejar a su casa a Cler y se fue. No se atrevió a hacer lo que quería hacer, creyó que no era el momento.
Al siguiente día tanto Cler como Darren se levantaron temprano y fueron al instituto.
-Cler ¿empecemos con la piscina de esponjas?
-bueno.
Darren y Cler empezaron a tirarse las esponjas, se podían dar el lujo de hacer eso porque a esa hora todavía no había casi nadie. Cler le lanzo una esponja en la cara de Darren y el empezó a perseguirla, era algo difícil ya que costaba caminar entre tantas esponjas. La atrapo y quedaron cara a cara, se acordó de lo que iba a hacer ayer pero no se había atrevido, podía hacerlo ahora pero no era el momento.
“no esperes el momento perfecto, toma el momento y hazlo perfecto”
En ese momento estaba frente a frente con Cler, no sabía qué hacer, de repente sintió que algo lo empujaba hacia Cler haciendo posar un dulce beso en los labios de Cler. Ella en ese momento no pensó en nada, le daba lo mismo si los miraban, le daba lo mismo todo, solo quería que ese beso no terminara jamás.
Darren se separo suavemente de Cler.
-Cler, ¿quieres ser mi novia?
Cler sonrió, no podía ocultar su felicidad, brazo fuertemente a Darren haciendo que los dos cayeran sobre las esponjas.
-obvio – Cler planto un beso en los labios de Darren, que duro varios segundos.
Dos esponjas se levantaban y una fue lanzada por Clement a su amigo y la otra por Noemí a su amiga.
-Clent no molestes – dijo Darren riéndose.
Cler se rio y abrazo mas fuerte a Darren. Ojala estuviera así para siempre. Su mama entra en el gimnasio mirando para todas partes cuando ve a su hija y a Darren juntos y va donde ellos.
-hola, perdón si me he perdido de algo – dijo su madre mirando a los dos muchachos que recién se dieron cuenta que estaban abrazados.
-hem… con Darren estamos de novios… - Cler se sonrojo y Darren también.
-mmm… ¿desde cuándo?
-desde hace unos minutos – respondió Darren.
-ma, Clement esta acá…
-¿en serio? Donde – su madre se olvido de ellos por un rato y miro para todas partes. Una esponja se levanto.
-como estas, hijo ¿tu como encuentras esta parejita? – la esponja se movió para arriba y abajo. Darren sonrió, sabía que su amigo lo apoyaría.
-bueno, les tendré que decir que sí.
-gracias tía – Darren ya no estaba tan rojo.
-gracias ma, pero ¿qué paso?, ¿por qué viniste?
-te vine a buscar, no podre pasar en la tarde.
-tía no se preocupe yo la llevo a su casa.
-¿en serio?, gracias querido, bueno tengo irme ahora, adiós, no se porten mal.
Darren rio.
-adiós ma.
-mira que sorpresa nos hemos llevado, que bueno que nos haya dejado.
-si – dijo Cler abrazando a Darren.
-vamos a las barras, hoy tienes que caminar si o si
Los dos jóvenes fueron a las barras, uno a un extremo y el otro en el otro. Cler avanzaba sin problemas, llego al final de la barra más rápido que el día anterior, ahora tenía que caminar, Darren se alejo un poco de la barra y extendió los brazos, Cler soltó la barra y empezó a caminar, lento, pero avanzaba. Casi sin darse cuenta ya había llegado a Darren que la miraba sorprendido y orgulloso a la vez, al dar el último paso y quedar al frente de Darren, él la tomo por la cintura y la beso, está feliz, feliz de verla caminar.
-Cler pudiste – dijo con su frente apoyada a la de Cler.
- sí.
Su mama que había mentido de tener que irse miraba la escena tan emocionada que no pudo evitar dejar caer una lagrima de emoción, entro corriendo en el gimnasio donde estaban Darren y Cler abrazados. Su madre llega sin que los jóvenes se den cuenta y los abraza a los dos juntos. Ya habían caído más de tres lágrimas de sus ojos.
-Cler, Cler, Cler hija mía, te felicito.
Darren y Cler miraban atónitos lo sucedido.
-ma ¿no estabas en tu trabajo?
-no, no he podido evitar ver como caminabas, la enfermera me llamo y me dijo que estabas caminando en la barra. Bueno hija me tengo que ir, ahora si de verdad – tomo la cabeza de Cler con sus dos manos y beso su frente - y usted jovencito cuidara de mi hija. – la madre de Cler miraba con cara desafiante a Darren.
-si tía, Clement también me tiene amenazado.
-bueno adiós – su madre se fue caminando lentamente hasta la puerta.
-eso fue raro – dijo Cler.
-bastante – afirmo Darren.
Esa tarde como todas la otras pasó volando, la pareja ni se dio cuenta cuando eran las 6:13pm así que se fueron a la casa de Cler. Cler gracias a dios tenía una copia de la llave en su chaqueta. Entraron en la casa y escucharon unos ruidos en la cocina así que fueron los dos a ver qué pasaba. Al entrar vieron que era ni más ni menos que la madre de Cler que cocinaba afanosamente.
-Ma me has asustado, no sabía que estabas acá, el auto no estaba.
-perdón, lo deje dentro de la cochera.
-ha, claro.
-¿quieren tomar once? Hice panqueques
-bueno, gracias
-ya yo se los llevo a la pieza no se preocupen.
-gracias ma.
Los dos subieron y Cler le mostro la casa a Darren.
-¿cuál era la pieza de Clement?
-esta – Cler lo guio hasta una espaciosa pieza de color azul oscuro. Dentro había muchos posters pegados, una guitarra eléctrica en la esquina, fotos de su equipo de futbol y arriba del escritorio una foto de él y Noemí en una playa en las vacaciones de verano. Cler se dirigió a su closet, de el saco un álbum de fotos, se sentó en la cama y dejo su muleta al lado. Darren se sentó al lado de ella y la rodeo con un brazo. Cler abrió el álbum, había fotos desde que Clement y ella eran chicos. La primera foto estaba Clement y Clervie con un helado de chocolate y toda la cara manchada. Había muchas fotos donde salía Clement abrazando a Cler, con su padre en las vacaciones de invierno y sus medios hermanos, una cuando Cler y Clement todavía eran pequeños y sus papas todavía no se separaban. Llegaron a una donde había tres niños sentados en el pasto, eran Clement, Cler y Darren. Darren miro a Cler que le sonrió y lo abrazo. Si se hubiera acordado que era ella la habría buscado hace tiempo.
-mira que eras tierno – dijo Cler.
-no, yo era muy malo, tú eras una ternura – dijo Darren besó los labios de Cler – ¿muéstrame tu pieza?
-bueno – Cler se paro tomo su muleta y salió de la pieza de su hermano con el álbum en la mano, camino un poco y al otro lado había una pieza igual de espaciosa que la anterior, pero esta estaba pintada de celeste, no tenia posters en las paredes sino fotos y cuadros, había una estantería de libros de todo tipo y una ventana que tenía una vista simplemente hermosa.
-yo pensé que tu pieza iba ser rosada – bromeo Darren.
-no, es bonito el color pero no para pintar una pieza.
-¿te gusta leer? – pregunto Darren viendo la gran cantidad de libros en la estantería.
-a veces, solo lo que me interesa
-pero acá hay miles de libros
-la mayoría se los ha leído mi mama o mi hermano
-¿a Clent le gustaba leer?
-o sea, igual que a mí solo los libros que le interesaban, pero leía mas que yo.
-permiso – dijo su madre tocando la puerta y entrando.
-pasa ma
Su madre dejo una bandeja en el escritorio de Cler.
-ojala les guste
-gracias tía.
-gracias ma
Esa tarde se la pasaron muy bien Cler se reía de todas las tonteras que hacia su novio también hicieron muchas cosas además de ver fotos, jugaron y vieron películas y no faltaron los besos de vez en cuando. Cler estaba simplemente feliz y así pasaron los años, se graduaron juntos ya que Darren se cambio al colegio de Cler, Darren estudio odontología y ella quiso ser kinesióloga, trabajo en el instituto donde años atrás ella estuvo internada y conoció a Darren, años más tarde de salir de la universidad, viajaron y después se casaron.
-------------- O ------------------
Era un hermoso día de invierno, Darren y Cler fueron a la playa donde habían ido solos hace 10 años atrás, pero ya no iban solos sino tenían a unos pequeños acompañantes, que probablemente no sabían dónde estaban pero sentían que su madre estaba feliz. Darren acariciaba el gran vientre de Cler. Sus hijos Lilith y Clement nacerían en unos meses más, Darren estaba feliz.
El atardecer era literalmente el mismo de hace 10 años que tanto Cler como Darren lo recordaba a la perfección.
*La vida de Clervie fue difícil, pero ella no lo tomo así, vio siempre el lado positivo de las cosas y jamás se rindió, la vida le cerró una gran puerta pero le abrió una ventana no muy grande pero llena de sorpresas, ahora ella estaba ahí, en el mismo lugar de hace 10 años, con la misma persona y además con la alegría de saber que pronto será madre. Su hermano Clement los dejo, ya no tenía nada más que hacer ahí, ya había logrado lo que tenía que cumplir, pero les pidió a los alegres padres que al hijo le pusieron su nombre ya que gracias a él se habían conocido.
Clervie estaba simplemente feliz, cualquiera en su lugar se habría puesto mal, pero ella siempre siguió adelante.
….y… ¿si fuera tu mundo el que se derrumba?... ¿qué harías?...
(Gracias a todos los que leyeron. ¡Comenten!)